Luz marrón.

Encontré ahora una enigmática luz marrón

Se desprende de una fija mirada

Producto del viejo colonialismo español

Misticismo de moros apostólica cruzada.

Quien encuentra, quien no busca, que no espera

La sorpresa, la suerte o la esperanza

Luz marrón claro de luna como bandera

Enigmática sonrisa que te alcanza.

Madrugada y el fuego en sus manos

Un estigma en su soporte

 Bajo las estrellas insignia es su porte

Y dos colores le tiñen de alegría.

Que no sabe que es el destino

Corriendo es lo que es

Con seguridad, no cae en desatino

Multi sonidos su lucidez.

Que fortuna encontrar sonidos y destellos

De la ausencia del color al marrón claro

Del escepticismo a la fe cruzada

De la noche oscura a la luna de plata.

Quien encuentra, quien no busca, que no espera

La sorpresa, la suerte o la esperanza

Luz marrón claro de luna como bandera

Enigmática sonrisa que te alcanza.

Encontré ahora una enigmática luz marrón

Se desprende de una fija mirada

Producto del viejo colonialismo español

Misticismo de moros apostólica cruzada.

Lo que quiero son tus ojos.

Lo que quiero son tus ojos
las ventanas a tu alma
lo que quiero es ver los despojos
los quiero para encontrar la calma.

Lo que quiero es ver los despojos
de la ultima guerra en tu esencia
contemplar tu aura, por las ventanas sin cerrojos
disfrutar de tu presencia.

No quiero la chispa en tu cabeza
tampoco el motor que palpita en tu pecho.

Lo que quiero son tus ojos
por la luz que se filtra en ellos
para poder ver los despojos
de la guerra sin aliento.

Para poder ver tu alma
para conciliar el sueño
para conservar la calma
para suspirar al viento.

Lo que quiero son tus ojos...

J M Reyes.

SOÑÉ.

Hoy volví a soñar que moría

Con el motor del pecho totalmente exaltado

Me desperté a mitad de la noche fría

Me despertó de pronto el temor de haberme disipado

El mismo sueño recurrente

Aquella persecución y el vuelo precipitado

Sin luces, sonidos, ni destellos

Con el clamor del pecho cansado

Pensé que los muertos-vivos, no sueñan

Creí que los vivos-muertos no sienten

Soñé con la esperanza de algunos que en pesares viven

Me morí en el sueño que muchos temen

Pero hoy, hoy volví a soñar que me moría

Con el motor del pecho totalmente exaltado

Me desperté a mitad de la noche tan fría

Me desperté en el temor de haberme disipado.

 

La noche, cuando me sonreías.

Te busque muy de mañana

Te escuche tan dulce

Soplaba el viento y llovía

Sonaba triste melodía

Silbaba tan llena de melancolía

Con pena y desolada agonía.

Los recuerdos de una fantasía

Aquella noche cuando me sonreías

Me ilumino tu cara tal como la luz del día

Y me perdí en tus ojos tan llenos de alegría

Correspondió tu risa a los chistes que yo decía.

Tu tacto me encamino a las nubes

Donde el viento jugo con tu cabello

En donde tu lluvia acabo con mi desierto

Fue tu risa quien disipo mi cruel tormento.

Esta mañana mientras aun dormía

Apareció en mi mente la dulce fantasía

Tu tacto suave, la luz y la alegría

De aquella noche cuando me sonreías.

Te busque mientras afuera llovía

Paisaje triste y la luz del día

Escuche tu voz, melódica sinfonía

Acento suave de tu bella armonía.

Frene mis labios, contuve mi boca

Imagine tu rostro, tus manos me tocan

Me conforme al escucharte, el cielo caía

Paisaje triste y la brutal agonía

de recordar la noche cuando me sonreías.

J Manuel Reyes T.

Gris tenue.

Dulce otoño, albores de un invierno anunciado

Invierno que se anuncia con luz tenue     

El viento helado en tu rostro, de carisma pronunciado

Carisma, viento, invierno helado.

Porque estas tan ausente?

Tan fríamente calculándolo todo

Porque no te haces presente?

Porque no me preguntas, cuanto te amo?

Me gustaría ser otoño dulce o viento helado

El gris tenue del cielo, Bendita lluvia que acaricia tus mejillas

Me gustaría acariciar tu hermoso pelo rizado

La luz que se filtra en tus pupilas.

Pero eres viento ausente que viene y se aleja

Lluvia que acaricia con frió tacto

Tu frió tacto y mi corazón sin queja

Y luz gris tenue que ahoga el llanto.

Dulce otoño, albores de un invierno anunciado

Invierno que se anuncia con luz tenue     

El viento helado en tu rostro, de carisma pronunciado

Carisma, viento, invierno helado.

J Manuel Reyes T.

Si yo te contara.

Huy, si yo te contara, si yo te dijera, o  si te lo cantara.

Si te lo dijera bajito, o con grito sonoro.

Si te lo expresara, o te lo escribiera bonito.

 O Simplemente, lo hablara, a tu oído en bajito.

Hay, si yo te dijera lo que paso esa noche.

Esa noche de verano dorado y esencia.

De tragos amargos y trova nocturna.

De la charla, la complicades de la vida misma.

De los amigos que se juntan.

Te comento, en verdad, es maravilloso

Es casi mágico, sobrenatural.

Y nadie se exenta de esto tan asombroso.

Que la noche misma desearía experimentar.

De pronto tocas, palpas con tu piel.

Un pedacito de luz, Y a la mañana siguiente te das cuenta con una sonrisa.

Que te hace tanto bien.

De pronto agarras camino en medio de la madrugada oscura.

 Sin miedo, porque te acompaña la luz.

Hay, si yo te dijera que las líneas de mi mano ahora me dicen tanto

Me cuentan de aquella noche, tu ondulades escarlata, la gracia y estilo.

La bonita sonrisa en tu rostro, de tus predicciones sin tino

Huy, si yo te contara… o si te lo cantara todo.

Que amanecí prendado de una mano, tonos rojos y el hermoso cielo nocturno.

J Manuel Reyes T.

Aniversario.

A casi un aniversario de estar así, de cerca de presencia

De tu esencia, de ese porte elegante y fino

A casi un aniversario de haberme cruzado en tu destino

De contemplar tú brillo de admirar tu silueta.

Casi un aniversario de estar así, de cerca de tu piel

De aspirar tu suave aroma.

De escuchar el timbre resonante de tu voz

De la espera matutina, de tu entrada estrepitosa

Esa armonía en tu cadera, rítmica y cadenciosa.

… los rizos de fuego, la gracia y estilo

El comentario con filo

La sonrisa en tu rostro.

Casi un año y las tardes doradas

Tardes doradas y la agonía del silencio.

Silencio que dice, grita, si tan solo me amaras.

Si tan solo supieras, lo que por ti, tanto siento.

Casi un año y tanta tu risa...

No te di motivos, dijiste de prisa. Pero, Sé  muy bien que mientes vos, sos tan lista.

Casi un año y como siempre en el pasillo, con tu bolso marchaste

Tarde dorada y un tiempo cambiante.

Y yo aquí una vez más, viendo como suspiras, respiras reaccionas a mi

Y este mismo juego monótono que de día gusta al paladar pero al caer la tarde, amarga, enmudece, envenena…  cuando tú te vas.

J Manuel R.